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jueves, 4 de octubre de 2012

Domingo

Hay un día de la semana peor que los demás. Solo en casa. La casa vacía. Nada que hacer. Bueno, cosas que hacer muchas pero ningunas ganas. Se acerca el lunes. Es una cuenta atrás. Ya sé como iba esto. Antes era igual. Mis mayores caídas son cuando acaba la semana, cuando acaba el verano, cuando empezaba el colegio. Cuando dejabas la playa. Cuando cerraban las piscinas. Cuando se hace de día y hay que irse a casa.

Eso siempre había sido así. Y la pelota se va haciendo cada vez más grande y un día te das cuenta que es sábado a mediodía y estás pensando que ya no queda nada para el domingo. Que con limpiar un poco, recoger y ver el partido, ya es domingo. Y mañana lunes. Y solo te queda el viernes. Y cuando en el viernes estás sin nada, te preguntas qué es lo que haces.

Durante un tiempo no fue así. Todos los días estaban bien. Daba igual lunes, que martes, que miércoles, que viernes, sábado o domingo. Que volviéramos de un viaje o que hubiera que trabajar. Que hiciera frío o que cerraran la piscina. Estaba ella.

martes, 2 de octubre de 2012

Cena

Hoy nos íbamos a ver. Íbamos a cenar juntos. Resulta que tengo unos descuentos en unos restaurantes que había conseguido gracias al gasto de los dos. Como ya estaban cerca de caducar le dije que si quería que cenáramos juntos para vernos y así de paso gastarlos. Primero me dijo que no sabía. Luego me dijo que vale, que hablábamos hoy por la mañana para quedar.

Cuando me llamó parecía estar de buen humor, incluso contenta. Estuvimos hablando de los últimos días, qué habíamos hecho, qué tal nos había ido. Luego estuvimos hablando de algunos amigos que tenemos en común. Al final acabó preguntando por mis padres. Y yo por los suyos. Ya no estaba tan contenta. Estaba triste. Me dijo que lo sentía. Le dije que volviera si no estaba bien así tampoco. Después silencio. Cuando nos despedíamos le dije lo de la cena.

Por eso creo que me dijo que sí. No estaba bien. Ahora lo habrá dado más vueltas y no lo verá tan claro. Pensará que va a ser malo para los dos, que no nos va a hacer bien y lo dejaremos para otro día. Para un día que no llegará.

Íbamos a hablar hoy por la mañana. Me iba a llamar. Según pasaba el tiempo me iba poniendo más nervioso. "A estas alturas y todavía así". Al final la he llamado yo. Pero no me lo ha cogido.

(...)

Al final me ha llamado. Nos vemos hoy. No pinta bien. Vamos, no es que pinte mal. Es que a veces creo que va a volver. No va a ser hoy. Otra vez la veré marchar.

lunes, 1 de octubre de 2012

Solo

Dentro de unos minutos me vuelvo a casa. A una casa vacía. Y cuando me acueste así seguirá. Sin nadie más. Sin compañía.

Es la segunda vez que me pasa. Salvo lo de la soledad. Eso es solo la primera vez. Pero no es lo que más me preocupa. Creo.